-Siempre estoy al acecho
-Si así es, ¿Podrías dejar de dejarme sin entrañas?
Decirle a mi espalda que ya sostendrá más peso,
que eso la hace más fuerte. También dile a mi estómago
que cerrarse en banda es innecesario y a cada una de mis
entrañas, en especial a la que bombea vida que dejen de doler.
-¿Por qué crees que pasa eso?
-Quizás necesito re-construirme y re-nacer para poder seguir viviendo
-¿Crees que la vida es eso?
-La vida es una continua caída en precipicio -sin paracaídas-
y el humano el único idiota que tropieza más de tres con la
misma piedra porque prefiere besarla que quedarse a mirar como
otros se hacen daño.
- Date tiempo, respira, coge aire, llena tus pulmones y así,
podrás despegar el vuelo.
-Llevo el mar en la mirada, y como bandera la tristeza,
en el bolsillo un par de sonrisas desgastadas y en los ojos
el brillo de las ganas.
-Ojalá todos tuvieran tan solo la mitad de las armas
que tienes tú para vivir, pero la fortaleza se construye
paso a paso, poco a poco, piedra tras piedra
y con mucho esfuerzo y sobre todo estoy segura
de que llegarás a sonreír por encima de cualquier herida.
De cualquier vida.
-Gracias conciencia, espero que me salves de mi misma
siempre que puedas, pues antes que nadie vas tú primera.
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