jueves, 17 de octubre de 2013

TE DOY UNA SEMANA, amor.

Comenzaré diciendo que las semanas
son más bonitas si se guían por el caos
y que me apetece empezar por el final
como las historias de verdad.

Los domingos son un poco menos tristes
 y más distintos si te veo sonreír, igual que antes.

Los lunes ya no besan el inicio como antes,
 simplemente  porque tú y yo
lo hemos preestablecido.

Los martes ya no son imposibles porque tu voz
me susurra a gritos, qué es el amor.
Y me dices con certeza, al oído,
que las mariposas nos invadieron
justo en el instante que pasábamos a otro día.

Los miércoles, viernes y sábados son los más afortunados
 de abrazarte, tenerte y contarte lentamente
cada uno de tus puntos débiles cuando estas conmigo.

¿Y los jueves?
Los jueves se quedaron ahí quietos,
escondidos entre el miedo y las dudas que nos asaltaron,
en una lluvia de balas a pecho descubierto.

Desde aquí pido una tregua,  eterna quizás.
Para poder así, ser feliz una semana más.
Aunque me conformo con seis días cada noche,
ya que los jueves siguen con el susto de su vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario