sábado, 14 de diciembre de 2013

Te quedaste con la mitad de mí. Devuélvemela.

Me sacaste la piel a tiras
con cada lágrima,
y mi único movimiento fue
quedarme quieta esperando
la aparición de un nuevo día.
Y aquí sigo, entre palabra y palabra.

De vez en cuando necesitamos
bajar la guardia y tener un descuido,
en el baile agarrados de realidad
nos ha sucedido.
Para poder así sonreírle a la Luna
en cuarto creciente.
A pesar de que no dejes de pisarme
en cada vals, he acabado acostumbrándome
a esconderme entre tus pies.

La vida me habla de echar de menos.
Supongo que de eso va.
Mis cicatrices han aprendido a sonreír,
yo ya lo hacía por supervivencia.

Salí corriendo de tus ojos, huyendo,
porque me daba miedo volver a
chocarme otra vez contra la desesperación.

Que me abrazo a la noche
porque ya le robé el tiempo al tiempo,
y no tengo más comodines ni cartas boca arriba
para poder abrazarte por la espalda.

Devuélveme mi mitad,
la que te llevaste sin permiso,
para que pueda seguir siendo yo.





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