jueves, 21 de noviembre de 2013

Cuestión de trenes.

Dicen que la vida va de ir corriendo de una estación a otra,
en busca de un nuevo corazón.
Un latido al que querer cada 30 de febrero.

Me perdí en cada una de tus vías de tristeza,
y descarrilé en cada parada de realidad
cada vez que tus manos decían "no".

Que las  cosas cambian, y tú, y yo,
pero sobre todo, aquello que nos hacia débiles.
No sé desde cuándo no sentimos,
sólo sé que el Sol ya no se esconde,
y tus pupilas no brillan como antes.

He dejado escapar trenes llenos de felicidad,
he roto con los esquemas tantas veces,
que ahora me apetece sentarme en el andén a esperarte.

El andén, ese sitio en el que quizás me encuentre
o me pierda, y acabe matándome.
Todo depende de lo lleno o lo vacío que esté.

Vístete de debilidad por un momento.
Luego me cuentas, amor.
Mi corazón terminó saltando de miedo
en la hora punta en que bajaste del vagón.


No hay comentarios:

Publicar un comentario