miércoles, 22 de agosto de 2018

Atea de ti

Nunca fui un milagro.
Solo creo en mí.
Nunca fui barco,
solo mar.
Azul rebelde.

Siempre fui a destiempo,
marcando cada compás
al ritmo de un vals nuevo.

Siempre intenté salvar, por amor,
lo que tantas veces me intoxicó.
Ahora y siempre, a la deriva,
solo habrá ruinas,
y no, por una vez no son las mías.

Intento cumplir mis propósitos de año en año
y eso marca la diferencia entre tú y yo,
que no cumples ni las promesas
ni las verdades que proclamas,
y así, todo fracasa
porque si crees en algo vuelas alto
si no, todo es barro.
Todo es caída.
Ahora entiendo el significado de amor,
después de tanto, lo entiendo
después de nada, todo,

después de ti, todo.

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