Nunca fui un milagro.
Solo creo en mí.
Nunca fui barco,
solo mar.
Azul rebelde.
Siempre fui a destiempo,
marcando cada compás
al ritmo de un vals
nuevo.
Siempre intenté salvar,
por amor,
lo que tantas veces me
intoxicó.
Ahora y siempre, a la
deriva,
solo habrá ruinas,
y no, por una vez no son
las mías.
Intento cumplir mis
propósitos de año en año
y eso marca la
diferencia entre tú y yo,
que no cumples ni las
promesas
ni las verdades que
proclamas,
y así, todo fracasa
porque si crees en algo
vuelas alto
si no, todo es barro.
Todo es caída.
Ahora entiendo el
significado de amor,
después de tanto, lo
entiendo
después de nada, todo,
después de ti, todo.
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