lunes, 16 de septiembre de 2013

Aquí estoy sin munición, pero feliz.



Me decidí a escribir, por fin, pienso.

Tal vez tengan que ver los genes, o quizás simplemente las ganas de desahogarme frente al mundo con la cara descubierta. Y sin miedo.

Pero en el fondo de mí, en lo más profundo, las ganas se comen, voraces, a las cicatrices que un día tuve. Salté precipicio abajo y dejé de bailar con el pasado, sí, justo el día en que una sonrisa me sacó de la cama.

Por eso hoy estoy frente a mi ordenador escribiendo versos, frases, párrafos e incluso canciones plagadas de locura.
   
                     No sé en qué momento decidí hacer esto, escribir. No me arrepiento pero sí puedo                              decir que me siento rara.

                                             Me despido con un par de versos de Marwan,
                                             en los que parafrasea a Gabriel Celaya:

                                            "que la poesía es un arma cargada de futuro
                                             y los poetas los sicarios a sueldo del amor."


(A ver si sentís lo que yo siento...)

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