viernes, 16 de septiembre de 2016

La tierra duele, el mundo llora

Una chica desaparecida
unos padres asustados
mientras tanto, silencio en el congreso.
Políticos corruptos que alimentan sus venas
del Estado que todos mantenemos
sin darnos cuenta de que no es nuestro
porque no nos dejan establecer lazos limpios.
Un día tras otro la querida corrupción
entra por la ventana, sin previo aviso
y todos le abren los bolsillos,
los ojos y lo que haga falta.
Políticos que no saben el valor de la palabra
y tampoco son capaces de cumplir hechos,
promesas y al fin y al cabo mentiras
con las que ellos mismos se ahogan
cuando tratan de convertirlas en verdades.
De plástico.

Ya nadie habla de todos aquellos pasos
cansados que salieron huyendo de la guerra,
la miseria y la muerte.
No hay tregua ni alto el fuego, hay ruina
y desastre-animal, mundo caído, derrota global
que todos escuchan y nadie siente como suya.
-¿Mamá cuándo acabarán las bombas?
-Cuando seamos dinamita y ceniza hijo

Ahora nos centramos en la vuelta al cole,
el gastar porque sí y en que la mierda de rutina
ha vuelto a llamar a la puerta y se ha colado sin permiso.
"Ha disminuido el paro"
las colas de esperanza siguen siendo las mismas
porque lo único que ha disminuido es la vergüenza.
Barberá no agacha la cabeza ni ante Dios
pero ahí sigue, "senadora, todo lo que usted diga"

Ya nadie siente ni padece.
Estoy cansada de las fachadas
de las risas fingidas
de la felicidad postiza
y la cobardía disfrazada de excusas y tiempo.
Estoy cansada del egoísmo,
que es de todo menos amor propio
y de la critica social escondida
por no saber quiénes somos.
Todo el mundo calla cuando se levanta la camisa
para ver si su ombligo está a salvo,
perdido ahí abajo,
pero el ego acaba pudriendo por dentro
y haciéndose notar por fuera.

Mientras el mundo sigue gritando
el ártico llorando
y la industria capitalista
consumiendo-nos.

Escribo esto porque quiero gritar
algo que ni yo misma me atrevo
porque no me han dejado hacerlo realidad
y aquí sigo, dejándome llevar por esta sociedad
que antes de darte la mano ya ha apretado el gatillo
y luego te pregunta ¿Qué tal vas?

Cansancio y resignación es lo que siente mi voz.

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