martes, 20 de mayo de 2014

Miedos

Me consideraba una persona valiente
y con las cosas claras hasta que apareciste
y decidiste sin pensar, inundarme de ti
dejando un rastro irreparable de balas perdidas
dentro de todo mi ser.
Ahora me ha invadido el miedo...

Tengo miedo a dejar de sonreír cada mañana
y a no desprender alegría por cada centímetro
de cicatrices mal curadas
aún cuando las bajadas de mi noria sean sin freno.

Tengo miedo de las visitas inesperadas del desamor
que no para de cerrar con fuerza mis ojos.
A abrir las puertas de mi corazón al dolor de no tenerte
y a tirar las paredes cuando se trate de huir lo más rápido posible.
En definitiva, no quiero tragarme otro riesgo más
si sé que no vas a estar para curarme.
Por eso tengo miedo al fracaso sin intento
a rendirme con ganas y a los tropiezos continuos
en la rabia de cualquier ruina.

Te tengo miedo a ti, por si algún día
crees que el abandono es la mejor solución
que le puedes poner a todo lo plural.
Tengo miedo a los motivos que destrozan,
a los porqués seguidos de silencio
a no tener razones para salpicar de locura
y a la muerte sin causa.
A estar vacía.

Tengo miedo a no ser feliz, como quiero
a no disfrutar de los míos y a la pérdida.
A la rutina disfrazada de relojes
y al futuro sin pasado.
Tengo miedo al miedo
y a los daños sin reparo.

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